Resolver el déficit habitacional

Esta semana los constituyentes aprobaron un nuevo artículo para el borrador de una nueva Constitución. "Toda persona tiene el derecho a una vivienda digna y adecuada, que permita el libre desarrollo de una vida personal, familiar y comunitaria", dice en lo medular.

En tanto, se visó que el Estado deberá tomar todas las medidas necesarias para asegurar "el goce universal y oportuno de este derecho", lo que deberá contemplar, al menos, "habitabilidad, el espacio y equipamiento suficiente, doméstico y comunitario, para la producción y reproducción de la vida, la disponibilidad de servicios, la asequibilidad, la accesibilidad, la ubicación apropiada, la seguridad de la tenencia y la pertinencia cultural de las viviendas, de conformidad a la ley".

Bajo este concepto, que quedaría plasmado en una posible nueva Carta Magna, es que el Estado, asumirá este deber con un déficit histórico y que en Tarapacá ya supera las 23 mil viviendas en constante ascenso.

En este sentido, es importante que, como dijo el ministro Carlos Montes, se evalúen las distintas posibilidades de crecimiento urbano, primero viendo las posibilidades de seguir construyendo en Alto Hospicio, pero también en Iquique, ampliando las zonas urbanas en Altos de Playa Blanca o Lobito.

Al mismo tiempo es necesario que a la par de la actual política habitacional, que claramente no ha dado el ancho para satisfacer una demanda de casas tan alta, sumar iniciativas como las cooperativas o la compra de inmuebles prefabricados en masa por parte del Estado, que bien podrían reducir este déficit.

Al mismo tiempo, debe existir una mejor regulación y dar un mayor equilibrio al negocio inmobiliario, con el fin de que este no siga acrecentando las desigualdades, dividiendo entre quienes no tienen un techo y los pueden tener varias propiedades y vivir de arriendos cuyos precios se elevan todos los días.

Resolver el déficit habitacional en Chile es una verdadera carrera contra el tiempo, pues las necesidades crecen más rápido que la respuesta del Estado en los últimos años, y por ello se requieren medidas nuevas que hagan una diferencia respecto a lo que se venía haciendo y que no ha dado resultados.

"Debe existir una mejor regulación y dar un mayor equilibrio al negocio inmobiliario, con el fin de que este no siga acrecentando las desigualdades"

El hallazgo de las tinajas coloniales al sureste de Huantajaya, permitió suponer que también estaban relacionadas con el mineral de Santa Rosa, porque se podría afirmar que estaban a mitad de camino entre ambos minerales de plata. Muchos de los mineros de Huantajaya también lo fueron de Santa Rosa. Cabe sugerir para quienes están valorando patrimonialmente a Huantajaya, también lo realicen en Santa Rosa.

Quiero aprovechar de traer a la memoria regional a unas mujeres que tuvieron la capacidad de organizarse en una sociedad para explotar una mina en Santa Rosa. Ellas se llamaban María C. de Marquezado, Tomasa G. de Portocarrero, y Manuela R. de Oliva. Se definían como "naturales y vecinas de esta provincia". Estas adelantadas empresarias mineras iniciaron sus actividades el año 1876, pero debieron recurrir a un contrato de habilitación o crédito, a una empresa habilitadora denominada Casa Granadino Hnos., que estaba integrada por una familia tarapaqueña, lo que era excepcional, pues la mayoría de estas empresas eran extranjeras. La propiedad de la mina Mendieta era de María Castro de Marquezado, cuyo esposo fue Francisco de Paula Marquezado Cáceres, tuvieron dos hijos mineros muy destacados, Eugenio y Eudoro. Por su parte, Manuela Romero era esposa de Pascual Oliva, minero de Santa Rosa. Ella era hija de Felipa Arcos, dueña de una oficina salitrera en el sector de "Más afuera" (Pozo Almonte).

No les fue bien a estas tres mujeres tarapaqueñas, pues las minas de Santa Rosa eran muy profundas y la Mendieta tenía además problemas de deslindes con los propios Granadino. La Casa Granadino realizó el 28 de mayo de 1878 una demanda en contra de Tomasa González viuda de Portocarrero, quien era la representante del grupo, por incumplimiento de pagos. Tomasa estuvo casada con Dámaso Portocarrero, de quien enviudó en 1872, era una mujer forjada en la minería, propietaria de la oficina salitrera El Tesoro, localizada en el cantón La Noria. Los orígenes de Tomasa estaban en el pueblo de San Lorenzo de Tarapacá, por su parentesco con la familia Carpio de esa localidad. Su tío Joaquín del Carpio fue juez de Minería de la Provincia. Tomasa residió en Iquique, donde era dueña de un almacén situado en la calle de la Puntilla Nº 3. Hubo otra notable mujer empresaria minera que nació en Santa Rosa, Antonina Ramírez Carpio, que merece una columna exclusiva.

"Tomasa residió en Iquique, donde era dueña de un almacén".

Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014

Mesas eternas

Independiente de querer la participación ciudadana, es importante que no exista un abuso de las "mesas de trabajo", que burocratizan las decisiones y por sobre todo, el avance de las obras. Hay mucha necesidad y poco tiempo.

Precios

Para nadie es un misterio que los precios de la mayoría de los productos están subiendo. Y si bien hay condiciones internacionales que lo generan, también hay muchas situaciones locales que pueden ser manejadas con una buena política económica.

Obras acorde a la región

El Presidente Boric ha sido claro respecto a que las obras deben ser acorde a las realidades regionales. En Iquique hay una serie de iniciativas que se supone tendrían impacto vial, pero que solo sirven de estacionamiento ante una ciudad colapsada de autos. Ojalá sea una de las cosas que cambien.