Diego Gotelli C.

Un refuerzo en la seguridad de zonas afectadas por la delincuencia anunció ayer el Ministerio del Interior, cartera que informó la redistribución de carabineros para aumentar el personal en 17 comunas.

Serán 700 uniformados los que se enviarán para sumarse a las labores policiales en Maipú, Recoleta, Pudahuel, Quilicura, Renca, Cerro Navia, Huechuraba, Puente Alto, San Bernardo, La Pintana, Estación Central, Santiago, Arica, Iquique, Coquimbo, Valparaíso y Concepción.

La estrategia contempla sacar policías que estén en labores administrativas y que se encuentran en la escuela de suboficiales para que apoyen los controles, fiscalizaciones y patrullajes. "Estarán donde más nos han pedido los vecinos y vecinas: en las calles previniendo los delitos", destacó la ministra Izkia Siches.

El anuncio fue aplaudido por los municipios de las comunas beneficiadas. "Ante la escalada de violencia se necesitan respuestas concretas", señaló el alcalde maipucino Tomás Vodanovic, comuna que sumará 40 policías extras.

Otros como Irací Hassler (Santiago) y Daniel Jadue (Recoleta) valoraron ser oídos, algo que dicen no ocurrió en el gobierno anterior; mientras que el de Estación Central, Felipe Muñoz, celebró sus 44 uniformados adicionales, pero cree requieren más por su aumento población.

Diferente reacción tuvieron los jefes comunales de sectores no incluidos, que criticaron la medida. Gustavo Toro (San Ramón) enrostró que están entre las zonas con más incautaciones de droga, y Rodolfo Carter (La Florida) acusó sesgo ideológico en la elección de comunas.

Desde Interior señalaron que la nominación se hizo analizando la seguridad municipal y recursos propios de cada comuna; la ocurrencia de delitos; e indicadores de vulnerabilidad socioeconómica. Carabineros añadió que se trabajó con estadísticas que incluyen denuncias al 133.

"Sobre esa base los equipos de análisis permitieron determinar cuales son las comunas que requieren este refuerzo", dijo el jefe de Zona Metropolitana de Carabineros, general inspector Marcelo Araya. Añadió que a fin de mes se evaluará la estrategia, tiempo en que esperan tener una baja en los delitos y en la percepción de inseguridad.

La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, manifestó su expectativa de que sea la justicia penal, y no la canónica, la que investigue la acusación de abuso ingresada contra el sacerdote jesuita Felipe Berríos.

La denuncia sobre el cura fue dada a conocer el martes por la Compañía de Jesús, que abrió una indagatoria por actos "de connotación sexual" que habrían afectado a una mujer siendo menor de edad.

Ayer la ministra dijo esperar que el proceso sea "transparente" y que lo indague la justicia penal. "Me parece que la justicia canónica no le da confianza a la ciudadanía", señaló en radio Agricultura.

La autoridad fue una de las voces que al interior del Gobierno en marzo se opuso a sumar a Berríos a un consejo asesor, postura que adoptó -dijo ayer- tras dialogar con víctimas de abusos eclesiásticos.

Por su parte, el Presidente Gabriel Boric recalcó que en estos casos "siempre tenemos que estar del lado de las víctimas"; añadió que las denuncias se deben investigar "independiente de quien sea la persona acusada"; y se mostró abierto a discutir una estrategia de reparación para víctimas de abusos eclesiásticos.

Un delincuente fallecido dejó el intento de robo de un vehículo ayer en la Autopista Central, donde un conductor fue abordado por ladrones que lo encerraron para tratar de quitarle su auto.

El hecho ocurrió a las seis de la mañana, cuando la víctima de la encerrona, un chofer de nacionalidad china, circulaba junto a su pareja por la autopista, donde antes de ingresar a calle Santo Domingo en Santiago fueron interceptados por los delincuentes.

Del vehículo en que iban los asaltantes bajaron cuatro personas armadas, lo que generó una resistencia de la víctima, quien en un intento de huída hizo una maniobra de adelantamiento y chocó a un ladrón para escapar.

Al llegar Carabineros lo halló muerto, por lo que se sospechó que la víctima del robo frustrado lo habría atropellado letalmente. Sin embargo, luego se constató que su vehículo no tenía signos de haberlo arrollado, sino que solo de haberle dado un golpe, además de impactos de balas percutados en su huída.

El comandante Juan Morales señaló que con esos antecedentes la principal hipótesis es que el conductor derribó al ladrón en su escape, pero que otro vehículo sería el que le quitó la vida, ya sea uno que circulaba por la autopista o los mismos ladrones que huyeron del lugar.

El policía añadió que se encontró un vehículo que creen habrían usado los asaltantes, el que tenía "restos biológicos" por debajo.