Un nuevo caso de violencia en el fútbol quedó registrado hace unos días, durante el partido que disputaron por Copa Libertadores de América los clubes Universidad Católica y Flamengo de Brasil, en el Estadio san Carlos de Apoquindo de la región Metropolitana.

En un momento del espectáculo, un asistente, de aquellos mal llamados hinchas, arrojó desde un sector del estadio en el que se encontraban los parciales del elenco chileno, una bengala que fue a caer en la barra de los visitantes. El proyectil impactó a un niño y lo hirió.

Las cámaras y las redes sociales se encargaron de difundir a quien aparece como responsable, de acuerdo a los registros. Sin embargo, la opinión pública nacional aún no tiene la certeza de que este tipo de acciones tengan sanciones ejemplares que permitan, finalmente, disuadir a quienes actúan de manera violenta y hasta delictual en los campos deportivos.

No es primera vez que un "hincha" es captado arrojando un objeto peligroso en un estadio. De hecho, las cámaras y las transmisiones televisivas han permitido captar en diferentes ocasiones la acción de hinchas violentos antes, durante o después de los partidos. Sin embargo, el que este tipo de conductas se repitan, dejan en la opinión pública una sensación de que se actúan con impunidad.

De hecho, la Ley de Violencia en los Estadios y el Plan Estadio Seguro, conceptos que se han manejado hace tiempo ya con el objetivo de erradicar este tipo de acciones de los espectáculos deportivos hoy no reportan resultados ni balances que puedan ser debatidos públicamente, presentados como cartas de una estructura destinada a sacar a los delincuentes que aparecen en el fútbol, especialmente.

Hoy la comunidad, la afición deportiva, el hincha de verdad, ese que apoya a su club en familia o con amigos y que va al Estadio simplemente a ver fútbol,. No tiene la certeza ni la seguridad de que no se va a encontrar con un delincuente vestido de aficionado al fútbol. De hecho, no tiene la certeza de que un espectador violento y hasta habitualmente violento, no esté en el mismo recinto que él visita. Sin duda, los planes, las leyes, están en deuda a la hora de erradicar la violencia en los estadios.

"Hoy persiste una sensación de impunidad ante quienes llevan la violencia a los recintos deportivos".

Este mes, en décadas pasadas tenía una densidad especial. Un mes especial para los iquiqueños. Empezaba, eso si, conmemorando la matanza de los mártires de Chicago en aquel 1 de mayo de 1886. La gente se reunía, a eso del mediodía, en el mercado, a un costado del monolito que recuerda a esos otros mártires, los del 21 de mayo de 1907. El cielo se llenaba de banderas, de gritos, saludos. La palabra compañero o compañera, era habitual. Hombres, mujeres y niños se daban cita con la historia.

Los discursos eran largos, pero no ajeno. Y bajo cuerda se discutía quien cerraba el acto. Tiempos de la Central Única de Trabajadores, CUT, que gozaba de un gran prestigio y sobre todo, y por lo mismo, de un gran poder de convocatoria. En tiempos de dictadura, las canciones del Montcerrat y los poemas de Juvenal Ayala, nos devolvían la esperanza. La Agrupación Cultural Tarapacá y el Colegio de Profesores se hacían presentes.

Por las tardes, desde los liceos, se organizaban las bandas que el 20 de mayo irán a acompañar a los estudiantes en el desfiles. Los del Don Bosco hacían alianza con María Auxiliadora y los del Liceo con las de Niñas. Los de la banda constituían una élite, dotados de capacidades musicales que la mayoría carecíamos. Como liceano que fui recuerdo al profesor Bahamondes gran motivador y organizador de la banda. El que se llevaba todos los aplausos, era sin duda, el tambor mayor o guaripola. En el liceo Guillermo Jiménez, lo fue por mucho tiempo.

En la plaza 21 de mayo, estos dos colegios, Don Bosco y Liceo de Hombres, replicaban una vez más su eterna rivalidad, expresada, en muchas de las veces, en los deportes. Salesianos y liceanos se jugaban la vida, por cierto, en términos lúdicos.

En Mayo el cielo celeste de Iquique se cubría de banderas. Rojas el 1 y luego el 21, la tricolor. Las banderas pretendían tapar el sol, que justo en esos días hacía notar su altiva y calurosa presencia. Desfilar para los iquiqueños ha sido un ritual de casi toda la vida.

"En la plaza 21 de mayo, estos dos colegios, Don Bosco y Liceo de Hombres, replicaban una vez más su eterna rivalidad".

Bernardo Guerrero,, sociólogo

Si no son los mismos padres los que se preocupen de la vacunación de sus hijos, difícilmente esto avance a niveles necesarios para mantener las aulas repletas. Hay que hacer un esfuerzo y motivar a los apoderados.

Preocupante

Pese a que finalmente Deportes Iquique al menos rescató un empate ante el cuadro de San Luis, es preocupante el nivel que está mostrando a lo largo de los 90 minutos. Si bien es muy pronto para análisis del nuevo cuerpo técnico, la falta de ideas en el campo se mantiene.

Caos vial

Un verdadero caos vial es el que vive Iquique en la actualidad. La situación sobrepasa la cordura y actualmente calles céntricas están colapsadas de vehículos estacionados en ambos costados. La más preocupante es Lynch que ya se caracteriza por ser estrecha.