Ejecutivo: ¿Vacaciones legislativas hasta el plebiscito?
Parto por enunciar algo que me parece evidente, el vencedor en los comicios presidenciales, una vez investido de su cargo, se entrega a la tarea de gobernar. Esa labor no es pura administración, no se reduce a la gestión de las burocracias del Estado central. En nuestro medio, el Presidente asume la tarea de la seguridad ciudadana y la conservación del orden público, con respeto a la Constitución y las leyes; siendo además colegislador junto al Congreso Nacional.
No es mi propósito dar clases de nivelación a un gobierno que, a pocos meses de asumido, experimenta numerosas contradicciones en materia de seguridad pública. Las declaraciones manifestadas esta última quincena por sus ministros y sus posteriores tuiteos rectificatorios de madrugada no son meras equivocaciones o errores, sino muestras de una visión que manifiestamente no es común dentro del mismo gobierno. Quisiera que este desfile de contradicciones termine pronto. Pero eso no es lo más inquietante.
Las vacilaciones de que damos cuenta son preocupantes, si también se extienden a la gestión de las relaciones con el Congreso Nacional y a la labor legislativa. Cuando además la materia que nos preocupa incide en la seguridad ciudadana y es el propio Ejecutivo, que días atrás solicitó se reanudara la discusión parlamentaria en el proyecto de ley sobre infraestructura critica, quien pone marcha atrás, no podemos sino sorprendernos. Que el Gobierno manifieste ahora en la comisión mixta que se aprestaba a solucionar los desacuerdos entre el Senado y la Cámara que no perseverará en la reforma, pero que tomará parte en el diálogo, es inexplicable. Las consecuencias de ese abandono son previsibles.
Un gobierno no puede desistir de sus deberes con el Congreso a pretexto de que existe una discusión constitucional en el seno de la Convención, más aún cuando está convención no ha legislado sobre temas de seguridad y lo poco que ha hecho es un retroceso a lo que existe, terminando incluso con el estado de excepción. Si le hiciéramos caso al gobierno, ningún sentido tendría que el Senado y la Cámara desempeñen sus funciones. Total, lo que hagamos no tendrá ningún valor porque la futura Constitución dirá otra cosa o porque el silencio de la nueva Carta en estas materias debiera ser resuelto en el marco de la nueva institucionalidad. En otras palabras, ¿pasamos del parlamentarismo de facto al silencio legislativo forzado?
No señor Presidente, no necesitamos vacaciones y seguiremos ejerciendo nuestras atribuciones legislando sobre los temas que le importan a la ciudadanía, sobre todo aquellos que buscan aportar a una mayor seguridad para las personas, espero que el gobierno finalmente se sume y no siga boicoteando todos los actuales proyectos en trámite que buscan este objetivo.
"Un gobierno no puede desistir de sus deberes con el Congreso".
Luz Ebensperger,, senadora