En pleno mes de mayo, una época especialmente significativa para Iquique y muy ligada al sector marítimo-portuario, he tenido el honor de asumir la presidencia del directorio de Empresa Portuaria Iquique (EPI), junto a dos destacados profesionales, con amplia trayectoria; Nora Araya Valenzuela y Juan Barboza Vega que, junto a las trabajadoras y trabajadores de EPI, me acompañarán en este gran desafío que significa dirigir uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de nuestra ciudad-puerto y toda la región de Tarapacá.

Durante 2021, la carga total del puerto creció un 17% respecto a 2020, llegando casi a los niveles pre-pandemia. Adicionalmente y en virtud de nuestra calidad de empresa estatal, EPI se ubicó en el puesto Nº6 de las empresas públicas que más aportaron a Chile durante el 2021.

Con la privilegiada ubicación geográfica del Puerto de Iquique -que es parte de los corredores bioceánicos del centro de Sudamérica- uno de nuestros principales objetivos es seguir potenciando la conectividad con los gigantes del mercado mundial, para recibir naves directamente desde Asia y reforzar nuestro rol clave como puente entre la macro región andina y los mercados del Asia Pacífico.

Una prueba de ello es la carga en tránsito a Bolivia, que representa un 27% del total transferido en 2021 y cuyo crecimiento en los últimos 10 años es cercano al 800%. En esta misma línea, debemos trabajar en ser aún más eficientes y sostenibles para asegurar que nuestra actividad genere impactos positivos en nuestros principales grupos de interés.

Con esto en mente, como directorio, queremos impulsar un plan de trabajo colaborativo, junto a nuestras empresas concesionarias y todo el sistema logístico-portuario, articulando acciones público-privadas con las demás industrias de Tarapacá, especialmente con rubros claves como la minería y la Zona Franca, para aportar desde allí a la estrategia de desarrollo regional.

El Puerto de Iquique está profundamente arraigado al centro de la economía y la historia social de Tarapacá, desde la época salitrera hasta la actualidad. Somos parte de la identidad y de la vocación de Iquique como ciudad-puerto. Para los próximos años queremos fortalecer nuestro rol como empresa estatal, líder en lo económico, social y ambiental y desde ahí, trabajar en una logística eficiente de la mano de todo el sistema, con la clara visión y convicción de ser un actor clave para al desarrollo de la Región de Tarapacá, nuestro país y la macro región andina.

"Queremos fortalecer nuestro rol como empresa estatal, líder en lo económico, social y ambiental".

Magdalena Balcells G., presidenta Directorio, Empresa Portuaria Iquique

El Trabajador del Salitre tiene su monumento en Iquique, falta que ahora se levante uno en homenaje al operario minero de Huantajaya en Alto Hospicio, cuyo territorio comunal corresponde aproximadamente a la de la subdelegación de Huantajaya, en la cual se hallaban también las minas de Santa Rosa y Huantaca. Ese monumento ayudará a reforzar la memoria histórica altohospiciana y será un reconocimiento a los esforzados y duros mineros que extrajeron la gran riqueza de la plata.

Pareciere que Alto Hospicio casi no tiene historia, pero no es así. La alcaldía de esa ciudad tiempo atrás recibió un libro muy ilustrado sobre su pasado minero. Por lo que no se duda que, con el apoyo de todo el Concejo Municipal, se concretará esta sugerencia.

La proposición indicada forma parte en lo que puede llamar la rememorizacion histórica en la Región de Tarapacá. El Monumento al Trabajador Minero de Huantajaya será un hito simbólico en esa ciudad que mira al futuro, pero no puede

olvidar el pasado, que siempre entrega lecciones.

Hrvoj Ostojic Peric,

Mario Zolezzi Velásquez,

historiadores tarapaqueños

La literatura es contundente en cuanto a los efectos positivos de una educación inicial de calidad incluyendo el desarrollo de habilidades prosociales, toma de decisiones y conciencia social, entre otras. Todas ellas necesarias para un comportamiento respetuoso con el otro y para la mantención de comunidades democráticas y pacíficas.

Centrar el foco en la primera infancia tiene dos aristas importantes: avanzar en la definición de proyectos formativos (definidos por los estándares orientadores) que respaldados en referentes mundiales y nacionales y en la investigación actual, permita formar a los futuros educadores y educadoras (docente de educación inicial) en las competencias, saberes y habilidades que demanda Chile y el mundo; y velar por ofrecer experiencias tempranas de aprendizaje y socialización con pares y adultos cálidos, sensibles y responsivos. Transitar o retomar el trato amable, la escucha atenta, la conversación mirándose a los ojos, la caricia genuina que transmite cariño e interés por otro es tarea de todos ya que los modelos formativos de nuestros niños y niñas no solo son los adultos que comparten con ellos los espacios educativos, sino cada uno de los que están leyendo esta carta.

Bernardita Fuentes Marchant,

académica Facultad de Educación

Universidad de los Andes