Cuidado con el crimen organizado
El hallazgo de armamento de guerra en el área de carga del aeropuerto de Antofagasta, y que tenía como destino la ciudad de Iquique, para muchos fue la confirmación de la peligrosa penetración del crimen organizado en nuestras fronteras, porque es sabido que sus integrantes son quienes requieren de este tipo de armas de fuego para proteger sus labores delictuales. Si bien la investigación está en curso, es muy probable que nuestro país esté viviendo la llegada de las formas más peligrosas y destructivas en la escala criminal.
Lo anterior porque no se tenían registros de la utilización de las rutas aéreas del norte para el tráfico de armas. Y para hacerlo se debe disponer de recursos y una logística que no existe en la delincuencia común.
Las armas venían por partes, ocultas en cargas de diversas mercancías y con destinatarios distintos. Una alerta y una revisión exhaustiva permitió la detección que definió una intensa investigación para determinar cuál es el fenómeno delictivo que se está enfrentando.
La voz de alerta fue puesta hace meses y cada día que pasa se confirman los peores temores y la sensación de inseguridad que afecta a gran parte de la población. Pero aún no existe real conciencia de los peligros de dejar que este tipo de criminalidad se abra paso en nuestro territorio.
Es posible que las características de Chile sean muy distintas a la de otros países que han convivido o conviven con este tipo de organizaciones, pero tiene otras que sí lo posibilitan.
Entonces, más que voces de alerta lo que se requiere es que el Estado, cada organización, institución y las policías diseñen la estrategia para poner freno a este ingreso, que ya despliega sus tentáculos en el país.
El Presidente Boric dijo que el crimen organizado será perseguido en todas sus fases y que se golpeará en donde más les duele, que es en la ruta del dinero y la cadena logística para concretar sus negocios ilícitos.
Este mensaje tiene que ser reforzado con acciones, como fue la incautación de fusiles y con penas ejemplarizadoras. Si no se sigue por ese camino, lo más probable es que cuando se quiera reaccionar sea demasiado tarde.
"No existe real conciencia de los peligros de dejar que este tipo de criminalidad se abra paso en nuestro territorio".