Déficit Atencional
Muchos son los diagnósticos clínicos que actualmente se entregan a los niños, diagnósticos que hace 20 o 30 años atrás eran desconocidos y algunos recién se estaban comenzando a estudiar, uno de ellos es el Déficit Atencional con Hiperactividad, el cual se describe como una condición del neurodesarrollo del cual aún no se maneja una etiología clara y cuya presentación de los síntomas se caracteriza por una inatención persistente, lo que puede conducir a repetitivos errores por descuido y no escuchar cuando se les habla directamente. Otro criterio son conductas asociadas a la hiperactividad e impulsividad, como levantarse con frecuencia en situaciones en las que una persona debería estar sentada, hablar excesivamente, dificultades en respetar los turnos o interrumpir frecuentemente a otros.
Muchas familias acuden a mi consulta con interrogantes e inseguridades, que en muchas ocasiones se exacerban gracias a opiniones de cercanos al núcleo familiar y la comunidad. Es por este motivo que, como punto inicial y a lo largo del proceso la escucha activa es sumamente importante para poder desarrollar un análisis que permita identificar las dificultades que presenta el niño en los diversos entornos y las barreras que surgen desde ahí, porque al avanzar el proceso muchas veces nos damos cuenta que las conductas negativas o disruptivas que se establecían en el primer encuentro con los padres se va transformando en conductas que no son comprendidas, conductas que piden atención o apoyo, conductas que cambian según la persona que las observa.
Establecer planes de trabajo es difícil cuando sabemos que el principal problema de la situación que atraviesan nuestros niños, tienen que ver con la dinámica de su entorno, por esta particularidad se debe poner énfasis al trabajo en equipo, siendo los terapeutas solo un ente facilitador de este contacto que tienen las personas que comparten, cuidan y enseñan al niño que muchas veces son mal llamados "niños problema", con el propósito de reconocer los potenciales de cada niño para que adquieran herramientas que le permitan enfrentar los desafíos que surjan en su vida .
Así, el Déficit Atencional con Hiperactividad o sin Hiperactividad, obedece tanto a una información genética como a factores ambientales el cual en su descripción médica, viene a categorizar a los niños revoltosos del salón y que generalmente tienen problemas de conducta, en donde se dejan de lado muchos factores externos que gatillan en estas dificultades, perdiendo la comprensión de un niño dentro de un entramado social con las dificultades económicas de hoy en día, con la nula educación emocional en nuestros colegios y con la escasa estimulación del juego, nos lleva a demonizar al niño que escapa de la norma de sentarse a escuchar, seguir instrucciones y aprender.
Es sabido ya que los procesos de intervención están mediados en su mayoría por centros privados que prestan servicios y garantías a familias que puedan pagar por sus servicios, esto nos lleva a pensar qué pasa con la gran mayoría de niños que viven en sitios vulnerables y sin acceso a muchas necesidades básicas, en palabras sencillas son dejados a su suerte, lo cual proyecta una vida de inseguridades, fracasos académicos, fracasos universitarios e incluso laborales, que finalmente no logran ese deseo colectivo de ser "felices".
"Obedece tanto a una información genética como a factores ambientales".
Cristóbal Novoa Valdebenito,, director Nee Centro Desafíate