Implementar medidas urgentes
Lamentablemente no es la primera vez que el fiscal regional advierte sobre el complejo escenario delictual que hoy por hoy enfrenta Tarapacá, lo que da cuenta que, pese a los constantes llamados, todavía no se implementan las acciones necesarias para poner freno a esta situación que afecta considerablemente la vida de todos y cada uno de los habitantes, especialmente en las comunas de Iquique y Alto Hospicio.
En un reportaje emitido la noche del miércoles en el noticiario central de Mega, Raúl Arancibia explicó cómo evolucionó la delincuencia en la zona y lanzó una frase que sin lugar a dudas debe ocuparnos: "Creemos que este nuevo escenario va a ser permanente. Cambió. Cruzamos una línea y esa línea que no tiene vuelta atrás".
En ese contexto, el jefe local del Ministerio Público, organismo que tiene a cargo la persecución penal de los delitos, refirió -una vez más- sobre la necesidad de aplicar una política criminal especial en la región, toda vez que las características propias de la zona facilitan acciones ilícitas como el contrabando de especies y de armas de fuego, narcotráfico, trata de personas, entre otros. Lo anterior se sustenta, además de las cifras de homicidios y delitos violentos que han venido al alza, por la extensa frontera que facilita la operación de bandas internacionales.
Las palabras de Arancibia generaron eco en las autoridades legislativas, las que, desde distintas perspectivas, no solo comparten la necesidad de materializar más y mejores medidas que fortalezcan la seguridad pública, sino que también apuntan a la necesidad de hacerlo ya.
Es evidente que la población está intranquila y que la mayor demanda de los tarapaqueños es actualmente la seguridad ciudadana. En esa línea, es clave que desde las autoridades se den señales concretas, tanto de forma como de fondo, del trabajo en esta materia.
Con todo, es importante que estas opiniones no solo queden ahí, sino que de una vez por todas logren movilizar los recursos humanos y técnicos que permitan enfrentar esta "ola delictual" que tanto daño está ocasionando a los vecinos, al turismo y a la actividad económica.
No es posible seguir esperando.
"Es evidente que la población está intranquila y que la mayor demanda de los tarapaqueños es actualmente la seguridad".