La Corte de Apelaciones de Iquique ha resuelto que la Municipalidad de Iquique debe hacerse cargo de los problemas del comercio informal, también llamados coleros, que se instalan a continuación de la feria itinerante de Iquique.

La resolución, que ya cumple varios meses, aún no es abordada por la casa consistorial, pese a que se trata de un problema que por años ha afectado a los vecinos de los sectores donde se instala la feria, principalmente porque muchas veces tienen problemas hasta para salir de sus hogares, sacar sus vehículos e incluso con la basura que dejan estos comerciantes ambulantes.

En tiempos de crisis económica es mucho más complejo lidiar con esta problemática, que de no ser asumida con medidas creativas y abordada solo mediante el apoyo entregado por las policías y otros organismos que pueden ejercer sanciones, difícilmente se logrará hacer diferencias.

En la actualidad esta feria en su área de frutas y verduras es un gran apoyo para los vecinos de los sectores donde se instala, ya que en ella pueden adquirir productos básicos a mejores precios y evitar gastos en traslados. Además, la feria tiene un orden y retira sus desechos una vez que levanta sus puestos, pero el problema es exclusivo de los coleros, que se instalan en calles no señalizadas, sobre veredas, obstaculizando el paso de peatones, salidas de colegios e incluso de bomberos.

Está claro que las autoridades deberán ceder en cierto aspecto y una buena forma sería aumentar las calles autorizadas y permitir la instalación de otro tipo de puestos, al estilo de feria de las pulgas o venta de garage, claramente con un límite, pero que permita reducir la presión ante las ineludibles fiscalizaciones que deben existir ante un lugar donde se están comercializando productos nuevos que no están pagando impuestos o cuyo origen desconocido puede afectar la salud de las personas.

Es importante que, independiente de las acciones que se decidan por parte de la municipalidad y el Concejo Municipal, se actúe a la brevedad, pues es una problemática que crece en el tiempo y que urge a los vecinos de Iquique.

"Esta feria en su área de frutas y verduras es un gran apoyo para los vecinos de los sectores donde se instala".

En la ruta 5 norte entre la ex oficina Victoria y Quillagua se encuentran las ruinas del pueblo Lagunas. Se trata del que fuera el pueblo de servicio de tres oficinas salitreras llamadas North, Central y South Lagunas, las que formaban un cantón salitrero que tenían el mismo nombre. Hacia 1912, en Lagunas estaban asentadas dos Compañías salitreras "The Lagunas Nitrate Cº Ltd." y "The Lagunas Sindicate Ltd.", ambas con dos salitreras. La primera era dueña de la oficina Central Lagunas y la oficina Trinidad, mientras la segunda lo era de South y North Lagunas. Trinidad no estaba ubicada en el cantón Lagunas.

El minero que cateó por primera vez en esa zona fue Asencio Almonte de la Fuente, un personaje que provenía de la tradición minera tarapaqueña. Por el lado paterno, era nieto de José Garrocho de Almonte, minero de Huantajaya y de Huantacondo y, por el lado materno, nada menos que bisnieto de José Basilio de la Fuente Haro y Loayza, el minero más poderoso de Huantajaya.

Con fecha 2 de agosto de 1850, Asencio publicó un cartel de minería solicitando unos criaderos de salitre, donde asegura ser vecino de Pica y el descubridor de ese territorio minero, además de ser quien lo nombra por primera vez como "Lagunas". Estas son sus palabras: "y como estos descubrimientos que tengo hechos, en esos inmensos desiertos son hechos a costa de mis inmensos gastos, y sacrificios pido se me adjudique, como descubridor, una Legua de terrenos para mí y mi Compañía compuesta con mis hijos…" Sin embargo, será su sobrino Manuel Almonte y Vigueras, quien le ayudará a aumentar ese estacamento hasta llegar a 408 estacas peruanas, transformándolo en uno de los más grandes y cotizados del periodo peruano.

El 14 de septiembre de 1870, se organizó en Lima, una sociedad anónima, con un capital de 50.000 soles, bajo la denominación "Empresa Salitrera Esperanza", para explotar el estacamento de Asencio Almonte, levantando allí la primera oficina salitrera de máquina. También se proyectó un ferrocarril que la uniría al puerto de Patillos. Durante el periodo chileno, Lagunas se asoció al nombre del rey del Salitre, John Thomas North. En las últimas décadas, el Pueblo Lagunas fue celosamente cuidado por Amable Chávez Albornoz, quien vivió allí hasta el 5 de marzo de 2015. Desde entonces, a pesar de los esfuerzos protectores de Jaime Tamburini, este emblemático pueblo ha sido sistemáticamente saqueado.

"En las últimas décadas, el Pueblo Lagunas fue celosamente cuidado por Amable Chávez Albornoz".

Sergio González Miranda,, Premio Nacional de Historia 2014

Distintas autoridades locales han manifestado la necesidad de agilizar las medidas y los recursos para enfrentar la delincuencia en la región. Es importante que sean escuchados, ya que es lo que piden los vecinos.

Voz de la experiencia

Aunque para algunos resulta complejo lidiar con los altos precios de los alimentos en la actualidad, para las abuelitas esta es una realidad que por años afectó a los chilenos. Es bueno escuchar los consejos de los adultos mayores y cómo ellos lidiaron con el problema.

Tomas en universidades

Aunque las luchas por mejoras en el sistema universitario no dejan de ser válidas, es importante que, sobre todo en la actualidad, los estudiantes busquen otras formas de manifestarse, pues las tomas a quien más le hacen daño es a los mismos estudiantes y futuros profesionales.