El pueblo ha hablado
El 4 de septiembre es una fecha que cuenta con muchos eventos históricos importantes. A nivel político, por ejemplo, se puede destacar el año 1952 con el triunfo de Carlos Ibáñez del Campo en la primera elección presidencial que contó con el voto femenino. Este año tenemos un evento que también pasará a la historia, ya que, a pesar de no aprobarse el borrador para la nueva Constitución, sin duda fue una situación con mucho por aprender.
Los expertos estarán días evaluando y analizando hasta el más mínimo detalle de los resultados de este plebiscito, junto con sus implicaciones y predicciones sobre "lo que viene" para nuestro país. Sin el afán de ponerme a la altura de los eruditos en el tema, yo mismo planteo mis propias hipótesis al respecto, como seguramente muchos de ustedes harán luego de "digerir" (para bien o para mal) este resultado.
Primero, tenemos la magnitud de votantes, 13.021.063 personas, superando por mucho la participación del plebiscito de entrada para aprobar el diseño de una nueva constitución, con 7.569.082 personas. Gran parte de esto se podría atribuir a la obligatoriedad del voto, pero es innegable que su participación fue fundamental para marcar la tendencia. Cuando mayores detalles salgan a la luz, veremos qué rango etario o social fue el que se movilizó, pero sin duda es algo que superó las expectativas, poniendo en duda toda predicción posible.
El domingo solo el 38,14%, con 4.860.093 votantes, optó por aprobar el borrador de la constitución. Una proporción mucho más reducida de lo que cualquiera esperaría, considerando que el 78,28% apoyó el cambio inicialmente. Sin embargo, esta diferencia es menos notoria en términos absolutos, al ser 5.892.832. Es una diferencia reducida de personas, pero considerable sin lugar a duda. Asumiendo que coinciden en ambos grupos, podríamos preguntarnos: este poco más de 1 millón de personas que quiso el cambio, pero no aprobó, ¿qué lo hizo tomar esa decisión? ¿Ya no desea ese cambio? ¿Qué movilizó a esa nueva masa de votantes a votar (en su mayoría) Rechazo?
Como sea, este proceso aún no termina, y la historia sigue su paso, mostrando si la gente desea y está lista para un cambio. Solo queda ver cómo seguirá este proceso, pero sin olvidar que esto surgió como el deseo del pueblo por cambiar y, si ese sigue siendo su deseo, es el pueblo el que debe decidir cómo ese cambio se realizará.
"Este proceso aún no termina, y la historia sigue su paso, mostrando si la gente desea y está lista para un cambio".
Pablo E. González Villarroel, astrofísico, Universidad de Tarapacá, Explora Tarapacá