Muchas veces se habla que las regiones necesitan más recursos y que se requiere que estos se inviertan con un enfoque local, evitando con ello que las decisiones se tomen en Santiago.

Sin duda es algo a lo que todas las regiones aspiran, gozar de una mayor autonomía financiera que les permita fortalecer su desarrollo y hacer las inversiones necesarias para que sus habitantes gocen de los mismos privilegios de aquellos que viven en la Región Metropolitana.

Pese a lo anterior, cada vez que se piden más recursos, en Santiago se esgrime que en regiones son incapaces de generar proyectos que permitan ejecutar los fondos que les son asignados y donde difícilmente logran llegar a una ejecución total de los recursos del FNDR.

En la actualidad esas voces parecieran tener razón, pues Tarapacá solo ha logrado el 31,9% de ejecución de su presupuesto cercano a los $50 mil millones. No obstante, la baja ejecución es un mal que está afectando en todo el país, por los problemas que ha traído aparejada la pandemia y la inflación, principalmente asociados a los insumos de la construcción, lo que ha obligado a muchas empresas a abandonar las obras.

Pese a lo anterior y aunque queda poco tiempo, es importante que se logre completar la ejecución y para eso se requiere el compromiso del Gobierno Regional para alcanzar a completarlo a fin de año.

Al mismo tiempo es necesario que se revise la calidad de los proyectos financiados, pues también es cierto que la idea no es cumplir con el financiamiento solo con la compra de vehículos, implementación o maquinarias, sino que ojalá con obras que tengan una mayor trascendencia en el tiempo.

Si bien la contingencia no ayuda, es necesario ponerse a trabajar en ejecutar de buena forma todos los recursos, aprovechando al máximo cada peso con el fin que beneficie a la mayor parte de la población.

Sin duda es importante generar las estrategias necesarias para que situaciones como las vividas este año no se repitan, sobre todo porque el Gobierno ha anunciado mayores inversiones para Tarapacá, que si no se ejecutan de buena forma, no tendrán el impacto que se busca.

"Tarapacá solo ha logrado el 31,9% de ejecución de su presupuesto cercano a los $50 mil millones".

Mientras en el sur de Chile las favorables condiciones climáticas permitían la consolidación de la producción de vino, en nuestro norte, en el desierto más árido del mundo, casi sin agua y con alta oscilación térmica, un grupo de apasionados y visionarios españoles comenzaban a hacer florecer sus viñedos y con ello, a producir un vino único que, casi como un espejismo, desapareció en Tarapacá cerca del año 1937.

Desde entonces, pasaron cerca de 85 años de olvido y desconocimiento de nuestra historia regional, para que investigadoras e investigadores de la Universidad Arturo Prat se embarcaran en la titánica tarea de recuperar esta tradición histórica, haciendo florecer la vid en medio de uno de los climas más áridos del mundo.

Es así, como el Vino del Desierto tras 20 años ha transitado de ser un proyecto universitario hacia un emblema y desafío regional, símbolo de unión y compromiso de la academia, el Gobierno Regional y Consejo Regional de Tarapacá, emprendedores y otros agentes del sector público y privado, en pro del desarrollo territorial y el bienestar de sus habitantes.

El Vino del Desierto es expresión de un estrecho vínculo con nuestras comunidades, trabajo colaborativo que ha beneficiado a las y los agricultores de la región, al tiempo que ha puesto de relieve su valor histórico y cultural, lo que se representa en la producción de un vino único, y con ello la promoción de una actividad turística que contribuye al desarrollo de emprendimientos sostenibles, innovación en la producción y técnicas agrícolas en condiciones de estrés, además del rescate y divulgación del patrimonio gastronómico y cultural de nuestra zona.

Han sido 2 décadas de trabajo y esfuerzo que han permitido que el Encorche, la Fiesta de la Vendimia y la Ruta del Desierto sean parte de nuestra identidad, lo que nos ha hecho sentir orgullosos de los múltiples reconocimientos recibidos a nivel regional, nacional e internacional.

Salud, por aquellas mujeres y hombres visionarios que rescataron parte de nuestro patrimonio, a agricultoras y agricultores que creyeron en este sueño y a todos quienes han impulsado este proyecto para que se convierta en un polo de desarrollo para la Región de Tarapacá.

"El Vino del Desierto es expresión de un estrecho vínculo con nuestras comunidades".

Alberto Martínez,, rector Universidad Arturo Prat

En tiempos donde en muchos barrios ni siquiera se saludan, iniciativas como la de Las Cacharpayas es un aporte para la ciudad y para el desarrollo del sector. Sería muy bueno que se copien estas ideas.

Obras en veredas

Si bien la incomodidad es un mal necesario al momento de ejecutar obras públicas en la ciudad, cuando se intervienen calles de alto tránsito como en el centro de Iquique, los esfuerzos deben redoblarse para terminar en periodos cortos, más cuando se trata de trabajos simples.

Menores de edad

Es preocupante el alto número de menores de edad vinculados a delitos en la región. Sin duda se visualizan al menos dos fenómenos: la desconexión de las familias en la formación y las ineficientes medidas que ha implementado el Estado para abordar el problema.