Un año de contrastes
Cada año tiene particularidades que generan sensaciones positivas y negativas, que van desde lo bueno a lo no tanto, de lo que se concreta y de aquello que continúa como un anhelo.
El ciclo que hoy termina no es la excepción y bien vale la pena detenerse un instante para reflexionar sobre lo que se hizo, lo que se dejó de hacer y también para lo que sigue pendiente.
El 2022 ha sido también de contrastes, donde luego de dos años de una compleja pandemia se logró por fin ver la luz al final del túnel, esto gracias al exitoso programa de vacunación que hoy permite enfrentar el coronavirus con mayores expectativas y con una vida casi en completa normalidad. Pese a esta excelente noticia, también ocurrieron aspectos que complicaron y que lo continúan haciendo. En ese sentido, es evidente que la región enfrentan una compleja crisis de seguridad, situación que se ubicó como la mayor preocupación de los tarapaqueños.
Con 50 homicidios contabilizados hasta ayer y una serie de delitos de alta connotación social, para muchos este ha sido uno de los años más violentos de la última década. Existe precisamente ahí una materia pendiente, donde las autoridades tienen la obligación de poner su mayor atención. Y esa labor es prioritaria, ya que la inseguridad no solo afecta a las víctimas de la delincuencia, sino que su impacto traspasa a otras áreas, como la economía y la estabilidad emocional de las personas.
Otra situación pendiente es el control de la migración irregular, donde efectivamente se realizaron anuncios y se aplicaron algunas medidas. Sin embargo, el problema continúa y la comunidad demanda la implementación de acciones más efectivas. Es claro que no será una tarea fácil, toda vez que se deben adoptar estrategias que por un lado permitan resguardar la seguridad de los residentes y, por otro, atender las necesidades humanitarias de quienes decidieron emigrar de sus naciones.
Con todo, el 2023 presenta una serie de desafíos, por lo que es clave que autoridades, instituciones públicas y los particulares entreguen su mayor voluntad para superar los pendientes y enfrentar todo aquello que aparezca en el camino.
La región necesita más diálogo y más unión, así la tarea será más simple.
"Con 50 homicidios contabilizados hasta ayer y una serie de delitos de alta connotación social, para muchos este ha sido uno de los años más violentos".