Senado aprueba a Ángel Valencia como el nuevo fiscal nacional
El tercer candidato del Presidente Gabriel Boric recibió 40 votos a favor y cerró un proceso que se extendió por más de 100 días.
Redacción
Ángel Valencia se convirtió en el nuevo fiscal nacional luego de que el Senado aprobara su nombramiento por parte del Presidente Gabriel Boric con 40 votos a favor, muy por encima de los 33 que necesitaba para conseguir dos tercios de los integrantes de la Cámara Alta.
De esta forma se logró que el Ministerio Público volviera a tener un líder tras más de 100 días de vacancia en el cargo luego de la renuncia de Jorge Abbott al cumplir la edad máxima. Antes de Valencia fracasaron las propuestas de José Morales y Marta Herrera.
Este intenso proceso se vio marcado por una disputa permanente entre el Gobierno y la oposición, que complicó la elección del nuevo jefe de la Fiscalía Nacional. Por ello, tras la aprobación de Valencia la ministra del Interior, Carolina Tohá, dijo que "ha sido largo este proceso y es necesario sacar de él aprendizajes. Es demasiado lo que se requiere de colaboración entre el Ejecutivo y este Senado en muchas tareas que tenemos por delante".
"Quiero insistir en que en esta decisión el Ejecutivo ha tenido por delante siempre el mismo criterio: no buscar la persona de nuestro gusto, la persona afín políticamente, sino buscar una persona que después de conocer las apreciaciones del Senado es la mejor ", añadió la jefa de gabinete.
Larga jornada
El candidato llegó a la votación de la sala del Senado con el visto bueno de la Comisión de Constitución, cuyos integrantes lo apoyaron por unanimidad: tras una exposición que duró varias horas votaron por considerarlo idóneo para el cargo Matías Walker (Demócratas), Luz Ebensperger (UDI), Alfonso de Urresti (PS), Rodrigo Galilea (RN) y Pedro Araya (independiente-PPD).
Luego correspondió la exposición de Valencia y una ronda larga de preguntas de varios senadores, integrantes de la comisión o externos a ella, porque el proceso lo permite así.
Entre otras cosas, ante los cuestionamientos de organizaciones feministas por su defensa en casos de violencia sexual, argumentó que "no solo he defendido a personas imputadas o a quienes se les ha atribuido delitos cometidos en contra de mujeres o niños; también he sido abogado querellante en un sinnúmero de causas. Lo importante detrás es que la persona que defiende a una persona no necesariamente adhiere ni considera justa la situación que se le atribuye a su cliente".