Dones y dotes
¡Hum!, se parecen, ¿cuánto se parecen?
Veamos. Un don es una 'gracia especial o habilidad para hacer algo'. Don es un tino particular, es una disposición peculiar, es una aptitud personal. Así, visto de modo simple.
Mientras dote es 'excelencia, prenda, calidad o capacidad apreciable de alguien'. Una adecuación al significado de dote, 'cualidades físicas o morales que posee una persona'.
¿Saben qué dones o dotes les son propios? El autodiagnóstico puede ser una pista, sin embargo, requiere de asertos, de comprobaciones, de evidencias más o menos sostenidas en el tiempo y en el espacio. Otros tienen la palabra, y no es necesario que sea por escrutinio de especialistas, pruebas, uno que otro test o exámenes, en suma, bastaría un poco de observación serena, de constatación, y ya.
Hace un tiempo, no impensadamente, aleccioné a los circunstanciales alumnos de una clase, a que crean en ellos, que crean en sus dones y dotes, como yo creo; a que dediquen lo mejor de su tiempo a estudiar, a descubrir, a aprehender, a leer, leer críticamente, a buscar más allá de la lección de aula. Les dije que me gustaría sobremanera que se motivaran en estudiar lingüística, gramática, semántica, o fonología [como era el caso]. Que perseveraran en ese empeño, que preguntaran, que intervinieran, que se lo pregunten todo. Les dije que me gustaría que después del término de sus estudios de pregrado, siguieran estudios de posgrado en lingüística, sino en el país, en el extranjero. Y,... de pronto, se me humedecieron los ojos, y la voz se me entrecortó. Entonces, me di cuenta de que esa clase no la había hecho nunca antes. No me excusé,... solo retomé el curso de la clase de aquel día.
Ser profesor nos ubica en una posición privilegiada, de observación, de evidencia de conductas, de competencias, por un periodo de tiempo, horas de clases, semestres, y así advertimos lo que otro no nota. Esos dones y dotes están en nuestros adeenes personales, sociales y culturales, los hemos adquirido, acomodado, instalado en nuestra individualidad y difícilmente los contradigamos, quizás solo ameriten cada cierto tiempo un reseteo.
¿Qué tipo de reseteo? Descanso, encuentros familiares, de amistades, a lo mejor una que otra terapia.
A sus dones y dotes, añádanle confianza, firmeza, propósito, pasión, fe, convicción, ñeque,... y saldrán bien del paso. Que sea un buen día para todos y todas.
"Ser profesor nos ubica en una posición privilegiada, de observación (...) y así advertimos lo que otro no nota".
Raúl Caamaño Matamala,, profesor, Universidad Católica de Temuco