Esta semana se conmemoró a nivel internacional el Día de los Humedales, que son ecosistemas que cumplen una importante función en nuestro planeta. El Programa para el Medio Ambiente de la Organización de Naciones Unidas, explica que la fecha está enfocada en resaltar la biodiversidad de estos hábitats, su estado, su importancia y por qué es necesario revertir la pérdida de especies.

El día mundial cada año conmemora la adopción de la Convención sobre los Humedales, el 2 de febrero de 1971, en la ciudad iraní de Ramsar, a orillas del mar Caspio. El Programa de la ONU da cuenta de que los humedales pueden cumplir funciones muy importantes para el equilibro ecológico, la descontaminación y la purificación del planeta, al absorber grandes cantidades de dióxido de carbono, que es uno de los principales enemigos relacionados con el cambio climático.

Los humedales, que solo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat o el sitio de reproducción de 40% de todas las especies de plantas y animales.

Sin embargo, a pesar de la importancia que se reconoce en estos delicados ecosistemas, el respeto y cuidado que se les da muchas veces ni siquiera llega al mínimo. Y eso es especialmente grave en el caso de los humedales urbanos.

Pese a lo que muchos pueden pensar, sobre todo porque nuestra región se ubica en el desierto más árido del mundo, Tarapacá cuenta con varios humedales en el altiplano, especialmente en la zona cordillerana, pero también en otros sectores de mayor tránsito, como el que se ubica en la desembocadura del río Loa o el denominado humedal urbano en Playa Blanca, el que estaría seriamente amenazado en su diversidad.

Lamentablemente este hecho no lo conoce ni valora toda la comunidad. A pesar de los esfuerzos que se han hecho y se siguen haciendo por resguardarlos, no faltan quienes invaden estos sitios para hacer todo aquello que puede afectarlo.

Estas fechas son una oportunidad para reforzar mensajes respecto del cuidado de santuarios tan especiales como son los humedales. Por lo tanto, se requieren más acciones, sobre todo avanzar en la educación sobre el tema.

"Los humedales, que solo cubren alrededor de 6% de la superficie terrestre, son el hábitat o el sitio de reproducción de 40% de todas las especies de plantas y animales".

Podemos escribir la historia de la ciudad a través de sus calles. Por ellas el ir y venir de la gente es un punto de encuentro. Además, una especie de escuela sin pizarra y sin borrador, pero con una pedagogía basada en la memoria y en la vivencia del hoy.

Calles silenciosas que de repente adquieren solemnidad. Pensemos en la procesión de Semana Santa. O en los funerales de los años 40, por ejemplo, en que no había banda de bronces. O en la romería a Prat o cuando se enterraba a un bombero. La noche tenía su halo de tristeza.

"Pasai en la pura calle…" era la queja de nuestra madre. "Me salió callejero…" agregaba la vecina. Todos regresábamos a la hora de té, ese ceremonial del pan con mantequilla y con suerte con mortadela. Tiempo en que los perros eran callejeros, todos quiltros, y que en vez de un collar, tenían uno de limones. Se llamaban Bobby o Jerry, Sultán o Terry. Todos ellos inmortalizados en la canción de Alberto Cortez. O el de la "perrita que andaba abandonada, pasó a ser la mascota del cuadro que ganó". Tiempo de pantalones cortos.

Las calles de Iquique cambian de nombre según los gobiernos. Huancavélica pasó a Baquedano, Luis Emilio Recabarren a Los Capitanes y luego Avenida Aeropuerto al padre del movimiento obrero. Primero fue 12 oriente, luego Elias Laferte y después del golpe Pedro Prado y ahora Salvador Allende. Y la historia es larga.

La ciudad de hoy es de ferias. Y los informales copan las veredas, la antesala para ingresar a casa o a La Liguria. Ya no son las ferias como la de la calle Latorre que vendían frutas y verduras. En las de hoy, hay ferretería, peluquería, cocinerías, ropa y todo lo que cabe en la imaginación. La calle es hoy una selva de cemento, dice la canción Juanito Alimaña, cantada por el gran Héctor Lavoe.

Ya no hay calle para la pichanga. El béisbol comenzó en las calles y muchas ventanas sufrieron la fuerza del lanzador. Ya no hay más "jugar hasta que nos llamen a tomar té".

"Ya no hay calle para la pichanga. El béisbol comenzó en las calles y muchas ventanas sufrieron la fuerza del lanzador".

Bernardo Guerrero Jiménez, sociólogo y académico Unap

Muchas veces reclaman contra los automovilistas y su reclamo es válido. Sin embargo, algunos ciclistas olvidan que los peatones también cuentan y transitan a toda velocidad por las veredas. Hay que tener cuidado.

Esquinas

Varias esquinas importantes de Iquique son utilizadas por limpiadores de parabrisas. La situación se debería revisar, sobre todo luego que se viralizaron imágenes de un violento incidente que, afortunadamente, no afectó a otras personas que pasaban por ahí.

Reuniones

Varias reuniones, en distintas ciudades y en varias instancias, se vienen realizando para frenar la crisis de inseguridad que se vive, especialmente en la zona norte del país. Se espera que estas citas comiencen a generar medidas concretas para combatir la situación.