El momento de evolucionar
Un 25 de abril, hace casi 91 años, nace el astrofísico ruso Nikolái Kardashev, especializado en la detección de señales de espacio profundo. Esto lo llevó a enfocarse en la búsqueda de señales inteligentes en el espacio, diseñando una clasificación de especies inteligentes que lo volvería famoso, sobre todo entre escritores de ciencia ficción. La Escala de Kardashev, en su versión original, distingue tres clases de civilizaciones, según su capacidad de aprovechar la energía.
Las civilizaciones de Tipo 1 son aquellas que utilizan al máximo la energía disponible en su propio planeta, de manera estable y sustentable. Las de Tipo 2 son aquellas que lograron usar al máximo la energía de su estrella. Finalmente, tenemos las del Tipo 3 que pueden aprovechar la energía de toda una galaxia. Claramente, podemos notar que esta escala se relaciona también al alcance de dominio de la civilización. Sin embargo, ¿Cómo se logra llegar a eso? ¿Se debe entonces dominar a otras civilizaciones? ¿En verdad es posible que una civilización domine toda una galaxia?
Seguramente se preguntará dónde estamos nosotros como especie. Creo que es bastante claro que estamos dentro de una civilización de Tipo 0, exactamente 0.73 según algunos expertos, estando a 100 o 500 años para ser del Tipo 1. Lamentablemente, nos encontramos en una época complicada, con decisiones y acuerdos importantes por definir. Esto sugiere, por muy simple que sea esta clasificación, que es bastante precisa al determinar el salto evolutivo de una civilización.
La humanidad se ha desarrollado con el encuentro entre civilizaciones, llevando a grandes conflictos en un inicio, pero con el tiempo los pueblos se asientan y crecen en conjunto. Al final los reinos y soberanías caen y lo que finalmente queda es algo nuevo, siendo el intercambio cultural, conocimiento y recursos lo que nos define.
Lamentablemente, los conflictos también han evolucionado y nuestras decisiones afectan al mundo en una mayor escala. Tal vez, el secreto para avanzar no sea sobreponerse sobre otros, sino unirse en un objetivo común, compartiendo y desarrollando tecnología y conocimiento en conjunto, siendo este el mecanismo de la evolución para filtrar entre las civilizaciones benevolentes que pasarán al siguiente escalón evolutivo o las que se autodestruirán. El que aun no hayamos tenido contacto da para pensar.
"Tal vez, el secreto para avanzar no sea sobreponerse sobre otros, sino unirse en un objetivo común".
Pablo E. González Villarroel,, Astrónomo, Dr. en Física., Universidad de Tarapacá, sede Iquique.