La autoridad comunal de Iquique ha solicitado al Gobierno la intervención del centro, en vista de la grave situación de inseguridad existente allí, pero hay otros sectores citadinos que también precisan la misma medida.
El centro es la cara visible de una ciudad. Por lo visto, el panorama es indignante, penoso, deplorable. Si por un lado el Concejo Municipal está preocupado por lo indicado, lastimosamente, ha autorizado la entrega de patentes de alcoholes, a pesar de la oposición de la junta de vecinos respectiva. Es así como producto de esa actitud, en un tramo de una calle central funcionan cinco locales nocturnos muy juntos, creándose un ambiente sórdido, inclusive uno de estos no tiene resguardo acústico y tiene música en vivo.
Este es un aspecto de lo que pasa en ese sector, motivo de denuncias de prensa. La desidia y la incompetencia de autoridades se refleja en lo que pasa en el área central.
Dos espacios emblemáticos del centro son las plazas Prat y Condell, hoy degradada por todo lo que sabemos, llamando la atención que a poca distancia de la primera plaza se encuentra la Prefectura de Carabineros. Nos podemos hacer preguntas al respecto.
Hablando de patentes de alcoholes, surge la pregunta si su número está de acuerdo con lo que establece la ley respectiva.
Hay alguna autoridad o parlamentario nuestro que pueda responder esta inquietud, un asunto que pasa desapercibido en la opinión pública.
Siempre hay procesos que se van desarrollando paulatinamente, hasta que los acontecimientos se desencadenan.
Es el caso de todo lo que ocurre en el centro de Iquique, que una autoridad comunal reclama la intervención gubernamental para una situación que aquí no pueden controlar debidamente. Parece que nadie aparece como responsable, pidiendo disculpa.
Guardar silencio es la mejor política.
Asdrubal Pineda Retamal