Con mucha visión el Diario La Estrella llevó a cabo la presente semana un encuentro sobre el turismo y sus desafíos en la región, en especial desde una mirada post pandemia, en donde fueron presentados algunos de los problemas significativos que atentan contra el turismo y las posibles alternativas de un desarrollo turístico regional. Diversas son las variables a considerar, en especial por la variedad de espacios, paisajes y lugares, entre otros que hacen de Tarapacá una región singular. Pensar en futuro, es la misión de autoridades y de la comunidad en su conjunto para con ello potenciar una realidad turística que permita un desarrollo sustentable y de calidad.

Una de las fortalezas de la singularidad de Tarapacá, se encuentra en su patrimonio cultural representado por sus monumentos históricos, las zonas típicas, sus reservas naturales, su valioso patrimonio arqueológico y sus huellas visibles en la región, expresiones que nos recuerdan tiempos pasados de como hombres y mujeres dejaron un mensaje por medio de un geoglifo, petroglifo y pinturas rupestre, como también por aquel patrimonio conocido como inmaterial, siempre presente como bailes, tradiciones y costumbres. Una expresión de encuentro lo constituye la Fiesta de la Virgen del Carmen de la Tirana, la religiosidad de San Lorenzo, el cachimbo y sus pasos, entre otros.

Pero, para llevar adelante tal objetivo, es necesario contar con personas debidamente capacitadas y/ o entrenadas por medio de una formación otorgada por centros de educación superior que presenten a la comunidad, una oferta atractiva de formación profesional o de capacitación acordes a los nuevos tiempos. Dicha oferta debe estar curricularmente centrada en la realidad regional y en las nuevas tecnologías, junto con un manejo de idiomas que incluya la lengua de nuestros pueblos originarios. Las posibilidades están y los profesionales que puedan impartir dicha formación en su mayoría, también.

Con todo, para dar un servicio de calidad se requiere una oferta de calidad, por lo tanto es necesario un diálogo público - privado para fomentar el aprendizaje de qué significa el turismo en la región, y avanzar en que no sólo sea playa y compras. Es necesario aprender de nuestro patrimonio cultural, conocerlo, valorarlo y resguardarlo, creando una conciencia patrimonial y así protegerlo de no rayar, de no contaminar con basura, de colaborar en difundirlo y que no sea sólo un trabajo en el Día del Patrimonio Cultural en donde museos y edificios públicos y privados abren sus puertas para que la comunidad comprenda el valor de un patrimonio que es de todos y todas.

"Una de las fortalezas de Tarapacá, se encuentra en su patrimonio cultural".

Orietta Ojeda Berger,, historiadora independiente,, encargada de Vinculación y Patrimonio, Proyecto FIC Astropatrimonio

Luego de estos 4 años y de dos procesos constitucionales, tengo la expectativa de que cada político, así como la ciudadanía, se detenga a reflexionar para identificar aquello que no vimos, que no escuchamos y aquello que necesitamos aprender cada uno. Las transformaciones ocurren cuando dejamos de mirar los cambios que tienen que hacer otros y observamos eso que necesitamos hacer distinto.

El domingo, efectivamente, se cerró el proceso constitucional, pero aún quedan pendientes las brechas que nos dividen como sociedad. Nos falta mucho por conversar.

¿Aprenderemos de estos 4 años? Espero con ansias que cada actor político salga a reconocer cómo contribuyó al rechazo de dos propuestas constitucionales y que sus actos promuevan el reencuentro y faciliten el diálogo.

Insisto, nos falta mucho por conversar.

Pablo Fuenzalida,

socio fundador de Dinámicas Humanas y DhumanLab del Grupo DH

Cada 21 de diciembre se celebra el Día del Espíritu Navideño, fecha que nos invita entre otras cosas a reflexionar sobre el sentido de estas fiestas.

Las celebraciones navideñas pueden ser momentos emocionales y muy significativos para las personas. Sin embargo, pueden convertirse en un desafío para quienes viven con pérdida auditiva.

De acuerdo al Ministerio de Salud, en Chile 1,1 millón de personas padecen hipoacusia, nombre técnico para la disminución de audición, que generalmente es lenta y progresiva, pero que puede comenzar en cualquier etapa de nuestra vida.

La dificultad para comunicarse y participar en conversaciones puede llevar a la persona a sentirse aislada, lo que puede tener un impacto perjudicial en su salud. Para las personas con pérdida auditiva, sentirse incluidas en estas experiencias contribuye positivamente a su bienestar emocional y mental.

En ese contexto, la familia juega un rol fundamental para su bienestar, por lo que es importante que el entorno cercano esté atento a las posibles señales de disminución auditiva, como la dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando, pedir que repitan constantemente palabras o problemas para diferenciar sonidos agudos entre sí.

Al mismo tiempo, son clave los chequeos preventivos, especialmente en personas adultas. La detección oportuna y el uso de audífonos suele ser una solución. Se sabe con certeza que la tecnología supone diversos beneficios para mejorar la calidad de vida de las personas al volver a disfrutar de eventos sociales. Sin embargo, el rol y soporte familiar siempre será clave. Además, se promueve un ambiente inclusivo donde todos se sienten parte de las celebraciones. Esto contribuye a un sentido de pertenencia y conexión en la familia y la comunidad.

Según la OMS, una de cada cinco personas en el mundo vive con pérdida auditiva. Seamos inclusivos en esta Navidad.

Luciano García,

fonoaudiólogo de GAES Chile