A modo general, defender lo indefendible da cuenta de una actitud soberbia que demuestra, en la mayoría de las ocasiones, una escasa rigurosidad intelectual. Ahora, si esta actitud se observa en autoridades públicas el tema se agrava.

Esta premisa la esbozo en función de la nefasta defensa que autoridades de gobierno han hecho al irresponsable y poco transparente accionar de Maisa Rojas y de Nicolás Grau (ministra de Medio Ambiente y ministro de Economía Fomento y Turismo respectivamente), quienes -y a semanas de discutirse la nueva Ley de Pesca- no registraron en la plataforma de la Ley del Lobby su participaron en una reunión con empresarios salmoneros en la residencia del exalcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, quien además se encuentra registrado como lobista.

Al respecto, el ministro Grau señaló que los temas tratados en la reunión eran generales, por lo que no era necesario registrarla en Infolobby. Ante esto, debo señalar que las excusas del ministro no solo son ridículas, sino también demuestran un desprecio por el sentido común de la ciudadanía, y, en el mejor de los casos, una ignorancia imperdonable para un ministro de Estado en lo que refiere a los alcances y efectos que tiene la denominada Ley de Lobby en todo lo relacionado a la recuperación de la confianza ciudadana hacia la clase política; sin embargo, el problema se agudiza, ya que este descriterio no solo es del ministro en cuestión, sino también alcanza a otros ministros que se atreven a defender lo indefendible al buscar legitimar una ilegalidad al establecer criterios e interpretaciones que son instrumentales a sus fines y que limitan y postergan la necesaria visión de bien común que inspiró la materialización de la Ley de Lobby.

Pedro Díaz Polanco,

docente de la Escuela de Administración Pública Universidad Austral de Chile

Dicen que con las derrotas uno aprende, cualquiera esperaría que después de la derrota del 17 de diciembre, la senadora Ebenspenger , descendiente de migrantes, morigerará su encono contra los migrantes. Al contrario, ahora sostiene que con el 3% que el gobierno quiere destinar a reparto, se podrían pensionar a migrantes, por eso la ley propuesta por el gobierno es mala. Veamos las cifras, en Chile hay aproximadamente 1,5 millones de migrantes de los cuales un 2 %, o sea treinta mil personas, son mayores de 65 años y tendrían derecho a una pensión financiada por el Estado. Se trata de personas de tercera edad, con un control biométrico al día, no son delincuentes. Por otro lado, bajo el sistema de AFP hay mas de 1,38 millones de pensionados, de los cuales 1,28 millones hay, que sobreviven gracias al amparo de la PGU.

Esto significa el completo fracaso de la capitalización individual, porque lo que se quería evitar es que el Estado pagara pensiones. El general Matthei decía que era degradante que los jóvenes financiaran las pensiones de los ancianos, ahora el Estado financia más del 92% de las pensiones sin contar a las FF.AA. y otros que no están en las AFP.

Aunque se entregue un 6 % o un 3 % a la capitalización individual, las pensiones no se mejoran. El aumento del 6 % es gradual y sería efectivo a contar de 8 años más, tan distinto a la dictadura que de golpe y porrazo que las cotizaciones las bajo de un 18 % a un 10% en un solo día.

El almirante Merino, uno de los patrocinadores de José Piñera, creador de las AFP, pidió quorum calificado para estas leyes, lo que se ha cumplido religiosamente. Las promesas iniciales de rentabilidad asegurada, 4 % mas UF, han sido eliminadas en los gobiernos de la Concertación con el auspicio de la derecha, la derecha nunca se ha negado a estos cambios a favor de los dueños de las AFP. Sin embargo, la senadora lanza el gancho que se va a financiar a migrantes y para ella es imposible aprobar la propuesta del gobierno, para ella son más importantes treinta mil migrantes que un millón doscientas ochenta mil chilenos.

El 17 de diciembre el pueblo repudió el accionar de los políticos que buscan apartar al pueblo de la toma de decisiones trascendentales y no resuelven una cuestión tan básica como son las pensiones.

Iván Cardemil,

Movimiento No Más AFP