En diciembre de 1968 el Boletín Informativo de la Superintendencia de Aduanas (Valparaíso) publicó un artículo mío con el título: "Aduana de Iquique, Monumento Nacional ". Allí proponía en mérito a su gran valor histórico fuera declarada Monumento Nacional, iniciativa que se concretó en 1971.
En ese año se cumplía un siglo de la colocación de la primera piedra del futuro edificio aduanero del Puerto Mayor de Iquique, declarado en 1855. Pasaban los años y cada vez se hacía imperiosa necesidad que la Aduana funcionara en un nuevo edificio en vista del estado descuidado de la sede antigua que debía ser restaurado y tener un destino cultural.
Así propuse la instalación de un gran museo naval y marítimo de Tarapacá. La Aduana construyó un nuevo recinto. La Municipalidad se hizo cargo del ex edificio aduanero, se hicieron arreglos, fue ocupado para eventos culturales y reuniones del Concejo Municipal.
Al parecer no hubo una adecuada vigilancia y medidas de seguridad anti siniestro. Hasta que se produjo la tragedia: el incendio devastó gran parte de esa reliquia arquitectónica de la pasada administración peruana. ¿ Cuánto tiempo tendremos que esperar su restauración?
Escribí en su oportunidad que no estaba de acuerdo a la venta del terreno donde se levantaba la Casa Consistorial frente a la Plaza Condell, propuse que provisoriamente que las oficinas municipales se trasladarán a la ex Aduana, mientras se construía el nuevo edificio de Ayuntamiento frente a la citada Plaza. Al final éste lo hicieron en el Morro. En ese tiempo propuse otra vez se habilitara en la ex Aduana un gran museo naval y marítimo.
En el gran incendo de octubre de 1875, la Aduana se salvó de la destrucción, como también del terremoto y salida de mar de mayo de 1877; y de los efectos del combate librado en febrero de 1891 (Guerra Civil) y de los terremotos de abril de 2014. Inesperadamente un incendio devastó el antiguo recinto aduanero.
La comunidad está indignada, es una inquietud colectiva, sin móviles políticos, duele lo sucedido. Ahora vienen las labores de restauración, una tarea ardua, costosa y que se tomarán un buen tiepo, mientras tanto seguiremos contemplando el penoso panorama de la ex aduana.
Mario Zolezzi V.