OPINIÓN
Evolución imparable
Las mujeres en gastronomía estamos cocinando un cambio. Creo que es momento de crear acciones contra la invisibilidad en el sector en Chile. Cocineras, somellieres, productoras, científicas, periodistas, empresarias, organizadoras de eventos y congresos (entre otros perfiles laborales) para que el talento, que no tiene género, deje de estar oculto. Es tiempo de visibilizar el enorme talento creativo en un ámbito de igualdad y, además, crear un espacio de trabajo en red, colaboración y sinergias que pueda impulsar nuevos proyectos empresariales, académicos y científicos.
El año pasado hubo un encuentro en Valencia, España, y abrió Purificación García Segovia, profesora de la Universitat Politécnica de Valencia, que expuso los resultados de la tesis doctoral "Barreras y facilitadores que enfrentan las mujeres en gastronomía". Incluye datos reveladores: de los 195 restaurantes con estrella Michelín de España en 2018, solo el 10% están liderados por mujeres. Según el estudio, los cocineros consiguen mayor reconocimiento del público y financiación para sus proyectos, y la conciliación es la principal traba para ellas.
La invisibilidad está arraigada y el talento invisible desincentiva a futuras generaciones. Es un problema mundial cuyo cambio podemos liderar .Tengo muchas ganas de hacer cosas. Es importantísimo dar a la mujer el papel que tiene en la sociedad y en la gastronomía. Necesitamos visibilidad y más unión entre nosotras en estas profesiones. Las mujeres muchas veces no nos atrevemos. Los hombres no tienen las ataduras mentales que las mujeres tenemos. Esto no va a parar. Y no es contra nadie, es con todos, con nosotras mismas fundamentalmente. El fomento del corporativismo y la creación de una red de apoyo entre nosotras, que además ponga en valor trabajos aún más ignorados, como el de mariscadoras, conserveras y el del conjunto de mujeres con producciones tan pequeñas como valiosas. Tal vez lo peor sea la invisibilidad de la invisibilidad femenina. Nadie se da cuenta de que somos invisibles, parece normal.
Una de las conclusiones es pedir a los colegas chefs que reconsideren su participación en proyectos donde no está representada más de la mitad de la sociedad, que inviten hacer parte. Asimismo, fomentar la participación en concursos en los que hasta ahora se cuenta con escasa presencia femenina. Más que techo de cristal, "techo de cemento", ese nivel de autoexigencia de las mujeres que les impide destacar. El miedo nos paraliza y así no avanzamos.
"Nadie se da cuenta de que somos invisibles, parece normal".
Caterina Alvarado, Chef