La vacuna y el Covid-19: ¿Cada vez más cerca?

Las vacunas son cualquier tipo de preparado (proteínas inmunogénicas, bacterias o virus atenuados o inactivos) que tienen como objetivo "entrenar" el sistema inmune de una persona para generar una respuesta (anticuerpos) para combatir al microorganismo y evitar la enfermedad.

Para el desarrollo de una vacuna se hace necesario el cumplimiento de 3 fases. Previo tiene lugar una fase Preclínica, donde se determina la eficacia y tolerancia en animales. La Fase I, evalúa la seguridad y efectos biológicos, se refiere a la primera introducción de una vacuna en etapa experimental en una población humana y se prueba en grupos pequeños de pacientes (menos de 100). La Fase II, donde se aplica una inoculación en grupos mayores (200-500), para evaluar eficacia e inmunogenicidad y, por último, la Fase III, que incorpora muchos más pacientes (cientos de miles) que participan en un estudio multicéntrico adecuadamente controlado, y en la que se hacen pruebas aleatorias y de doble ciego, y se la compara contra un placebo.

En el caso del COVID-19, al día de hoy existen alrededor de 200 grupos a nivel mundial trabajando en hallar una vacuna segura y efectiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) le está siguiendo la pista a unas 140. De ese total, 18 están siendo probadas en seres humanos en ensayos clínicos. Y de las 18, hay 3 que están más avanzadas: la vacuna experimental Sinovac Biotech (China), la llamada ChAdOx1 nCoV-19 de la Universidad de Oxford (Reino Unido), y la desarrollada por la compañía Moderna (Estados Unidos). Existen otros grupos también importantes con logros significativos y muy promisorios en el desarrollo de sus vacunas, la compañía china CanSino, Pfizer y la compañía alemana BioNTech y la compañía AstraZeneca junto a la Universidad de Oxford. La carrera por la vacuna ha llevado a utilizar métodos que van desde el tradicional uso de partículas, virus inactivos y/o atenuados hasta el empleo de ingeniería genética con el desarrollo de vacunas de partículas de ARN, plásmidos, vectores de adenovirus que portan proteínas del virus SARS-CoV-2, uso de células dendríticas modificadas con vectores lentivirales, etc.

"De este total, 18 están siendo probadas en seres humanos en ensayos clínicos".

William Zabala Fernández, PhD, Medicina Molecular Facimed Usach

No cabe la menor duda que estamos viviendo la peor pandemia de los últimos cien años en nuestro país y en particular en nuestra Región de Tarapacá.

Hemos asistido a innumerables problemas sanitarios, económicos, financieros, psicológicos y sociales como consecuencia de esta situación, que ha afectado a todo el mundo, sin distinción de edades, géneros, razas y situación económica.

Sin embargo, Tarapacá es una región cosmopolita, lo que junto al clima y geografía, han forjado una cultura que se destaca por disfrutar del aire libre, paisaje,celebraciones y festividades familiares y comunitarias, a pesar de la pandemia.

Las fiestas de los últimos días, con la gran devoción que todos tenemos por ellas, han sido una demostración de que los llamados de las autoridades civiles, militares y religiosas no fueron suficientemente efectivos para mantener el cuidado que todos estamos haciendo para salir pronto del confinamiento. Por cierto, esas transgresiones provocaron efectos el mes pasado y lo harán en los próximos días, por no haber mantenido ese cuidado para evitar contagiarse con el coronavirus.

Esta situación se puede interpretar como: ¿Son las autoridades las que no han logrado llegar a todos los sectores o no son escuchados en sus instrucciones por grupos resistentes a respetar normas, especialmente, gente joven? O lo más grave, ¿hay una tendencia a no respetar las normas y leyes sanitarias que se están aplicando, por ciertos grupos de la ciudadanía que no se sienten receptores de estas indicaciones y por ello no le dan la importancia que se requiere?

En estas dos posiciones, ¿son las autoridades o es la comunidad la que no cumple con las estrategias implementadas para la pandemia?

Existe la impresión que las autoridades, no obstante el gran esfuerzo desplegado, no aparecen coordinados en su actuar y más bien se ven como entes parcelados, sin una evidente coordinación en las acciones y en el mensaje que entregan.

Quizás sea necesario la incorporación de líderes intermedios y de los territorios, que tengan más credibilidad en ciertos grupos sociales, sobre todo, en aquellos grupos de riesgo. Sería conveniente explorar esas posibilidades de difusión y entrega de información para lograr cambios de conductas de esos grupos.

También sería muy recomendable, la presencia conjunta de las autoridades de la ciudad en diferentes medios de comunicación y redes sociales, de manera que demuestren que están unidos para controlar la pandemia. En el fondo, que están en sintonía.

En el caso de la ciudadanía, se debe insistir en la responsabilidad individual y en las medidas de cuidados que se deben tomar para evitar contagiar a otros. No solo dar a conocer los riesgos de morir, sino también las secuelas que pueden quedar en las personas que se han contagiado y enfermado.

En momentos de una necesaria reducción de contagios, se requiere agregar un mayor refuerzo en materia de fiscalización, que sea suficiente, adecuada y oportuna, en el cumplimiento de las normas de confinamiento.

Es necesario destacar que se ha notado relajamiento en el control de las personas que no cumplen el confinamiento. Por lo mismo, es preciso señalar que todos debemos hacer un máximo esfuerzo, ojalá final, para lograr salir de las cuarentenas y volver a la ansiada normalidad.

Doctor Felipe Platero Moscopulos

Cordetur