"El rol público que pueden ejercer los empresarios es fundamental"
El líder gremial explica por qué el sector que representa decidió involucrarse en el tema constitucional, aborda la crisis económica, descentralización y se pronuncia sobre la propiedad privada.
Patricio Tapia
Recuperación económica y proceso constituyente no son cuestiones del todo independientes, señaló un grupo de empresarios en una carta conjunta, llamando a un "nuevo equilibrio" y de manera más detenida en un documento en progreso de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) que propone una "hoja de ruta". En ambas instancias ha estado presente Bernardo Larraín Matte, como uno de los firmantes de la carta y como presidente de la asociación empresarial.
Larraín, ingeniero comercial y empresario, director de Colbún y, desde 2017 presidente de la Sofofa, ha tenido desde siempre una marcada atención por temas que parecen superar lo estrictamente gremial para abordar asuntos de importancia institucional para el país como los procesos de formación legislativa o la modernización del Estado. Él piensa que no existe contradicción entre el interés empresarial y el general.
-¿Es importante que el empresariado participe en el debate público más allá de la representación de sus intereses gremiales?
-Por supuesto. La cancha de lo público no es monopolio de la política. Reivindico la importancia de la política como un pilar de la democracia representativa, pero la política es mucho mejor cuando otros actores que están en el perímetro de ella se activan: me refiero a organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, empresas, gremios empresariales. Los países que tienen democracias sólidas es porque tienen una sociedad civil también muy sólida, que enriquece y nutre la función de la política y las instituciones de la democracia.
-¿Cuál es el escenario entre los asociados de la Sofofa con la crisis económica?
-La situación general es dura. Si bien las cifras indican que quizás ya se tocó fondo, la brecha de actividad que se produjo con los efectos acumulados económicos y sociales, tanto del estallido como, sobre todo, de la pandemia, son de tal profundidad que va a tomar mucho tiempo volver a los niveles de actividad o empleo de antes del covid. Muchos hemos visto encuestas en que se señala que eso será en 2022. Es un período largo y, por lo tanto, el desafío es mayúsculo y complejo. No porque tuvimos una pequeña luz con las últimas cifras de empleo y crecimiento económico (que no son buenas, sino menos malas), hay que bajar la guardia.
-En la carta firmada junto a otros empresarios y en la "hoja de ruta" de la Sofofa se plantean como asuntos centrales la recuperación económica y el proceso constitucional. ¿Están vinculados?
-Son dos procesos que se inician: el constitucional, por un lado, en una convención si gana el Apruebo, o a través de una reforma sustantiva en el Congreso si gana el Rechazo. Y también se impone como un imperativo el proceso de recuperación económica. Ambos procesos, efectivamente, tienen vasos comunicantes, son interdependientes. Si la crisis económica se extiende más de la cuenta, o se profundiza, obviamente va a generar tensiones en el proceso constitucional porque las personas van a ver frustradas sus expectativas; y, a la inversa, si el proceso constitucional se da en un ambiente demasiado polarizado donde los contenidos de la Constitución brillen por su ausencia, como a ratos parece ocurrir hoy en día, eso amplía la incertidumbre de emprendedores, inversionistas y empresarios, y arriesga la fuerza de la recuperación económica.
-En la carta se llamaba a un "nuevo equilibrio" que superaría al alcanzado al retorno a la democracia. ¿Hay entonces problemas muy anteriores al estallido social y a la pandemia?
-Lo que pasa es que esta lógica del equilibrio entre lo político, lo social y lo económico tiene que estar siendo actualizada cada cierto tiempo. Cuando se habla de un nuevo equilibrio no es que se reproche el equilibrio anterior: yo soy un admirador de lo que hizo la política, la empresa y la sociedad chilena en los últimos 30 años, probablemente los 30 años más exitosos, de más progreso y desarrollo para todos, en la historia de Chile. Pero se generaron muchas expectativas y por lo mismo más exigencias y también debemos mirar de frente a aquellos que quedaron excluidos. Quizás el estallido y la pandemia nos permitieron constatar de nuevo tales precariedades.
-Recuperación económica y proceso constitucional, ¿son las cuestiones más urgentes para el país?
-Son dos espacios importantes. Están las brechas político-institucionales que se van a discutir en el proceso constitucional y, por otro lado, está la brecha económica y social que ha generado el efecto acumulado del estallido y la pandemia. Son dos espacios trascendentes. No digo que sea todo. Pero sí decimos que quien quiera transformar el proceso constitucional en un fetiche que soluciona mágicamente todos los problemas de Chile está incurriendo en una gran irresponsabilidad. Y quien minimice la importancia del proceso de recuperación económica, en circunstancias que es un imperativo ético porque va a ser el combustible para cerrar brechas sociales de forma sustentable, está también siendo muy irresponsable. ¿Por qué? Porque la asistencia del Estado de hoy, que por supuesto es importante -la intervención del Estado de Chile es una de las más grandes que ha hecho en su historia y de las más grandes que se han hecho en Latinoamérica- es por definición transitoria y debe ser reemplazada por el vigor de una recuperación económica, lo que debe ocurrir más pronto que tarde.
-Entre el empresariado hay opiniones diversas sobre el plebiscito. ¿Habrá cambios inevitablemente ya sea con nueva Constitución o con su reforma?
-El debate constitucional está completamente desplegado, con independencia del resultado del plebiscito. Todos los actores políticos que están en cualquiera de las dos opciones han manifestado voluntad de cambios relevantes a la Constitución, sea en el proceso de una nueva Constitución o bien en el proceso de reforma de la actual. Como Sofofa tomamos la decisión de estar ciento por ciento activos en el debate de contenidos y ser completamente prescindentes en cuanto a las opciones del plebiscito, porque respetamos la legitimidad de ambas.
-En el documento de la Sofofa se centran en las relaciones entre recuperación económica y proceso constituyente.
-En el documento observamos dos grandes fallas en el debate público. Primero, la ausencia de contenidos en el debate constitucional. Y segundo, la presunción de que el debate político-institucional y la recuperación económica van por dos carriles separados. Esas dos fallas queremos colaborar a corregirlas, llenando de contenidos el debate y señalando que son dos procesos trascendentes que tienen vasos comunicantes. Queremos que la palabra "crecimiento", que a algunos les parece tecnocrática o interesada, esté en el centro, porque no es algo que les interese sólo a algunos, pues es lo que permite el desarrollo de los países. Por otro lado, el cierre de brechas sociales debe hacerse de forma sustentable: el Estado puso a disposición de los chilenos un Ingreso Familiar de Emergencia, pero, ¿alguien podría decir responsablemente que ese ingreso se puede sostener en el tiempo y no ser reemplazado por un crecimiento vigoroso? Creemos que el crecimiento es el camino.