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-¿Son puntos de contacto entre ambos aspectos los que se indican allí, relativos, por ejemplo, a la propiedad privada?, ¿cree que ella está en entredicho?
-En el documento planteamos siete temas constitucionales. No es una lista comprensiva, no son todos los temas, ni siquiera están ordenados por prioridad, pero son temas importantes y consideramos que era necesario ponerlos sobre la mesa y activar esos debates. Los podríamos agrupar en tres tipos. Primero, hay asuntos que están en la Constitución actual, pero que también están en muchas constituciones en el mundo y son principios básicos para el emprendimiento y la actividad económica. En ellos es donde más podemos aportar, pero desde la mirada empresarial, que es muy práctica, porque surge de la interacción diaria de la empresa con el Estado, sus regulaciones e instituciones. Me refiero a la libertad de emprendimiento, junto con la libertad de asociación y el respeto de la propiedad privada que nos parecen fundamentales. Se podría sostener que nadie ha dicho que la propiedad privada va a quedar fuera de la Constitución, pero parecen haber matices o diferencias sobre el alcance del concepto de propiedad privada. Es posible que se esté de acuerdo en que el Estado no puede simplemente hacerse de un bien o una patente de un innovador sin esgrimir una razón de interés público y sin indemnizar al expropiado, pero ¿qué pasa cuando la regulación que limita el uso de ese bien deviene expropiatoria? Se puede preservar la propiedad de la patente o la fábrica, pero producir una limitación de su uso a través de regulaciones desproporcionadas de manera prácticamente expropiatoria. Esa es una discusión más moderna, que es la llamada expropiación regulatoria, que no es tan burda como quitar simplemente el bien sin pagar indemnización, sino que opera a través de una regulación desproporcionada o discriminatoria. Es un tema a debatir.
-¿Y en cuanto a la responsabilidad fiscal o la autonomía del Banco Central que son mencionadas?
-La responsabilidad fiscal podría ser otro principio fundamental y hay varios instrumentos para lograrlo, como la iniciativa exclusiva del Presidente de la República o que el Estado se endeude por ley o que los impuestos sean generales y no específicos a un sector, hay muchas reglas de responsabilidad fiscal que nos parece importante preguntarle a la política si está de acuerdo con ellas y si deben seguir estando presentes en la Constitución. Sobre la autonomía del Banco Central, todos dicen que se va a mantener, pero luego algunos señalan que sus consejeros pueden ser objeto de acusación constitucional, lo que obviamente rompe por completo la autonomía. Una cosa es decir en términos abstractos que se está de acuerdo en mantener un principio y otra cosa es que cuando se proponen las reglas concretas y precisas eso sea consistente. Ese sería el primer grupo de cuestiones que están en muchas constituciones del mundo y que no por obvias o por declaraciones generales, se debe concluir que están completamente resguardadas.
-¿Cuáles son los otros dos tipos de temas?
-Los otros dos tipos de temas los podríamos agrupar en los de modernización y aquellos de reconocimiento. En los primeros, si vamos a entrar en un proceso constitucional se puede tomar como una oportunidad para hacer cosas que la política no ha hecho y que la Constitución sea, con más claridad y precisión, un habilitador o iniciador de la esquiva modernización del Estado en distintas dimensiones. Por ejemplo, en algo que a las regiones les interesa mucho: que haya un proceso de descentralización inteligente, que en nuestra opinión, debe ser coherente con nuestra condición de Estado unitario. O bien que la Constitución establezca estándares más elevados para el proceso por el cual formamos leyes en Chile: cómo lograr que en él converja el análisis técnico, la evidencia, la participación ciudadana y la legítima deliberación política. Hoy en día se ha roto la convergencia entre esos cuatro factores fundamentales del proceso legislativo. También, en el ámbito de la modernización, la Constitución puede establecer un estatuto de autonomía de ciertos espacios del Estado como son los organismos reguladores, fiscalizadores y prestadores de servicio como son el INE, la DGA, el SEIA, el Sename, las superintendencias, la CNE, entre otros. Finalmente, un tercer grupo de temas se refiere a aquellos que se han levantado desde la ciudadanía y como Sofofa pensamos que hay que sumarse a esa conversación: temas como el reconocimiento de los pueblos originarios o cómo lograr que haya una igualdad real de derechos entre hombres y mujeres.
-De ganar el Apruebo y ya no siendo presidente de la Sofofa, ¿le interesaría ser candidato a la Convención Constituyente?
-El rol público que pueden ejercer los empresarios es fundamental. Yo pertenezco al mundo empresarial, mi vocación es empresarial. Desde la empresa, una vez que deje Sofofa, voy a seguir promoviendo con mucha sistematicidad que los empresarios se activen en el debate público no solamente a través de los gremios que lo representan, que es esencial, sino que también directamente: es un rol ineludible participar de lo público. Esa va a ser mi vocación futura, la misma que he venido desarrollando en los últimos 20 ó 30 años.
"La recuperación económica es un proceso que se torna un imperativo ético, tan importante como el proceso constitucional"
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