Jornada electoral
Como suele ocurrir en los procesos eleccionarios, ayer nuevamente millones de chilenos concurrieron en la más completa tranquilidad a los centros de votación para emitir su sufragio, esta vez con el objetivo de elegir a los integrantes del Consejo Constitucional, en una nueva oportunidad que se da el país para escribir una Carta Magna que responda a las necesidades y expectativas de una ciudadanía que pretende actualizar su contrato social.
El proceso, sin embargo, careció del ambiente que se vivió en las más recientes elecciones, donde luego de la crisis política que azotó a Chile se generó un intenso debate que fue polarizando la política y que decantó en un rotundo rechazo a la propuesta anterior, pese a que en el plebiscito de entrada la gran mayoría de los electores optó por iniciar el camino hacia una nueva Constitución.
Esta vez los votantes participaron en la elección de 50 consejeros, dos de ellos representantes de Tarapacá, quienes deben continuar la redacción de un texto que está antecedido por 12 bordes y en el que actualmente trabaja y discute una Comisión de Expertos.
Tal como se había anticipado, esta vez el número de votos blancos y nulos superó el 20%, lo que sin duda será motivo de análisis futuros, aunque es evidente que la clase política continúa sin sintonizar cabalmente con los electores.
En ese contexto, bien vale la pena preguntarse qué quiere la ciudadanía, cuáles son sus prioridades y de qué manera proyectan las próximas décadas. Lo que parece quedar claro, es que la primera necesidad es habitar un lugar seguro y estable económicamente, lo que deberán recoger también las autoridades locales como insumo para planificar el corto y mediano plazo.
Con todo, ahora se espera que los consejeros que resultaron electos propongan un debate con altura de miras, donde primen los acuerdos y se den las certezas necesarias para que el país retome y fortalezca su desarrollo, lo que podría mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los habitantes del territorio nacional.
Una Constitución no soluciona todos los problemas, sin embargo, si es sólida y responsable favorecerá la convivencia, incluidas las necesarias diferencias.
"Ahora se espera que los consejeros que resultaron electos propongan un debate con altura de miras".