Lecciones para escribir en tu diario de vida
Ernesto Pfeiffer, editor de Ediciones Universidad de Valparaíso y quien realiza un taller de escritura privada de manera virtual, repasa las claves de un género íntimo y siempre sorprendente.
Por Cristóbal Gaete
"El Diario es una almohada para la pereza; dispensa de profundizar los temas, se acomoda a todas las repeticiones, acompaña todos los caprichos y vueltas de la vida interior y no se propone objeto alguno (…) Es un engaña-dolor, un derivativo, una escapatoria".
Esta definición la entrega el escritor francés H. F. Amiel, en su propio "Diario íntimo", el 26 de julio de 1876. Es citada en el prólogo de Leónidas Morales, académico recientemente fallecido, al "Diario íntimo" (Editorial Universidad de Valparaíso) de Luis Oyarzún (1920-1972), una de las piezas más destacadas del género en Chile.
Ernesto Pfeiffer (1985) fue el editor de aquel libro. Y es quien realizará el Taller "Diario de vida, de la teoría a la práctica" de Talleres de Bolsillo, productora que durante la pandemia ha promovido una intensa agenda de breves cursos con gente tan destacada como Leonardo Padura, Leila Guerriero y Alan Pauls. El curso se dictará con un mínimo de 20 personas y parte este 15 de octubre a las 19:30 horas. Son tres sesiones que finalizarán el 29 de octubre.
Pfeiffer estudió Literatura en la Universidad del Desarrollo e hizo posgrados de literatura en la Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica. Fue alumno de Morales. También fundó antes su propia editorial, bautizada con su apellido, la que con once años de trayectoria ha publicado varios libros de poetas consagrados, como Gonzalo Rojas y Óscar Hahn.
En esta temporada de claustro además del curso de diarios de vida, Pfeiffer está leyendo ¡800! páginas de escritura íntima. La razón es por que La Universidad de Valparaíso convocó a un concurso del género para adultos mayores. Y rápidamente está editando el material para un próximo libro digital, que será publicado el 17 de noviembre. "Son muy distintos los textos dependiendo de los lugares en que vivimos, la diversidad territorial del norte, del sur, de zonas rurales".
El editor recuerda el trabajo sobre el diario de Oyazún: "Fue un diario que me impactó mucho, porque si bien está en movimiento no es un diario de viaje, es íntimo. Hay reflexiones cuando mira una ventana que dice que se da cuenta que no estoy en mi país cuando no conozco los árboles que están en mi ventana. Es un caso paradigmático, el de Oyarzún, que publicó ensayo y poesía, pero el diario fue lo más importante y se publicó de forma póstuma".
El taller, para el editor, es la posibilidad de "retomar la tradición del diario, este espacio privado, porque ya no tenemos lugares donde no estemos conectados, en línea, donde nuestra información no se le está dando a otro. La idea de llevar un cuaderno es salirse de ese sistema y volcarse al interior".
-¿Por qué elegiste este género literario para tu taller?
-El género del diario íntimo no ha sido lo suficientemente difundido y explorado. La teoría sobre ellos es reciente, tiene 70 años. Lo elegí porque creo que es un espacio muy acorde a estos tiempos de encierro interior, muy acorde a tener un lugar donde se pueda fracasar, que no exista una consciencia de un lector y además está la guillotina del calendario. Se diferencia con otros géneros literarios por datar, cosa que no le gusta a todos. Me parece interesante porque en la pandemia se nos ha desdibujado el tiempo, invitar a gente que lo ha escrito y lo ha abandonado, o que nunca lo haya tenido. Sobre todo con la idea del domicilio, ir a la casa de atrás, como el cuarto propio, como el cuarto secreto que permite el diario íntimo o el diario de vida.
-Leonidas Morales narra las diferencias del diario íntimo. Siglos atrás era muy distinto.
-Sí, su libro "El diario íntimo en Chile". Sirve para separarlo de los diarios de viaje, que se originó como diario de cuentas en la Modernidad. Recién la intimidad como la conocemos ahora, como aparece en los diarios de Alejandra Pizarnik y Luis Oyarzún. Debe haber muchos diarios más de gente anónima. De familiares incluso, que están empolvados.
-¿Cuál es tu diario favorito?
-Los que más me han impactado son los diarios de Pizarnik. Fue muy impresionante leer la conciencia que tenía ella sobre la escritura, como un desahogo, como oscila entre la depresión y la conciencia crítica muy dura sobre su propia escritura. "No sé escribir, debo aprender más de gramática" dice. También la parte erótica. Lo encuentro notable. Y el "Diario de Ana Frank", que la lectura obligatoria lo deja un poco muerto, pero leyéndolo están todas las rutina en la casa con 7 moradores, desde cómo se bañan, cómo se organizaban para ir al baño, hay un día se la semana que hacían cecinas, y cómo Ana Frank va cambiando en estos dos años, de ser una niña hasta una adolescente, casi una mujer. Es un libro al que hay que regresar.
-¿Tú llevas un diario?
-He tenido un diario fragmentado, a ratos he escrito pero no puedo lograr que perdure en el tiempo, son anotaciones muy diversas. Le echo la culpa al colegio, se enfocó mucho en que el diario era para las mujeres. Era más reconocido para los hombres el tema de los cuentos. Ese es un tema, porque en Chile se ha abusado del cuento. Debemos diversificar la fórmula muy usada de las 100 palabras. Los géneros referenciales tienen algo que decir, como el diario y la crónica.
-Los diarios casi siempre son póstumos.
-En los diarios hay una vida secreta, oculta, distinta a la pública. Tiene su gracia que así sea.
-En la presentación del taller dices que se ha considerado al diario "un género menor y subvalorado". ¿Por qué?
-El diario se ve como algo paralelo. También se ve en Franz Kafka, que ocupa el diario para esbozar unos relatos, pero no es lo definitivo, no es lo que se considera una literatura que pueda ser publicada y digna para los lectores. Ese paradigma cambia en el siglo XX. Las guerras influyen mucho, aparece la historia privada, que nos da otra mirada de la historia. Cuando nos damos cuenta de las vidas que no han sido narradas en ningún otro género, ahí le damos valor.
-Tú has editado a poetas. ¿Qué pasa con los diarios de ellos?
-No he encontrado teoría que haya estudiado los diarios de los poetas, sí hay estudios de novelistas. Tienen otras características. Es frecuente en el diario de los poetas que les saquen los poemas. Eso no se lo harían a un narrador.